sábado, 4 de octubre de 2008

La degradación trágica de Cara de Ángel en El señor presidente

Miguel Ángel de Asturias nos presenta en El señor presidente la figura del mandatario y su fuerza de Estado como la estructura que no debe ser confrontada desde una minúscula posición, como lo hace el personaje Cara de Ángel.
Cara de Ángel, que en un primer momento es presentado como un fiel ayudante del presidente, en el transcurso de la diégesis sufre, como personaje redondo en el sentido de Henrry James, modificaciones, superaciones, que tienen que ver con un reconocimiento personal; estas modificaciones serán motivadas en su mayoría por los sentimientos que Camila le despertará.
La superación (concepto que no necesariamente está ligado a la mejoría en condiciones de vida de un personaje) de Cara de Ángel generará que dicho personaje se reconozca en una figura que no le había sido revelada, la figura de él como hombre que atiende las llamadas de la compasión, del amor, del deseo, aunque refleje de alguna manera un tono edípico.
Cara de Ángel se mueve en un eje de oposición, mientras que más logra acercarse a la faceta mencionada y, por lo tanto a Camila, más logra alejarse del presidente, la cercanía casi íntima se esfuma con la traición hacia el mandatario; por supuesto que ha traicionado al presidente y todo lo que él representa, ha desobedecido la instrucción, la encomienda; por ello, la figura que posee el poder debe, sin titubeos, sancionar, castigar.
Esta sanción parece no haber cobrado efecto, ya que cuando se registra el matrimonio entre Cara de Ángel y Camila, el Estado genera una versión de los hechos que es favorable a todos los involucrados, pero la acción no es a favor de los casados, no es la aparente satisfacción de los involucrados (incluyendo al presidente como padrino), sino la muestra del ser hegemónico que logra con sencillez controlar cualquier situación, incluida esta.
Es de esta manera que el sujeto poseedor del poder hace patente en toda la historia su capacidad, su conocimiento casi total de lo que sucede en el espectro del mundo ficcional en el que habitan. En una mano tenemos que todo se encuentra en condición manipulable para el presidente, mientras que en la otra mano tenemos la precariedad de aquél que “depende” del presidente, que es visto desde lo alto. Incluso, el presidente puede, gracias a las reglas del mundo instaurado por el autor, efectuar acciones similares a un deux est machina pero para degradar a Cara de Ángel.
El alejamiento que experimentan los personajes al viajar al campo genera un ambiente renovado, en el cual nuevas expectativas de mejoría aparecen. Pero el autor mantiene una estrategia de tensión en la cual la promesa tácita de bienestar se incrementa con fuerza para efectuar cortes de tajo; la técnica narrativa se muestra como un puño que pega con fuerza en la pared, y pese al dolor del puño, este no va más allá de la tapia.
Cara de Ángel ha conseguido una serie de factores "humanos" para su vida que antes de que comenzara la historia narrada no los poseía, pero, como mencioné párrafos atrás, ganar significa perder, y bajo esta premisa, sucede que se aleja del presidente y su rango de protección mientras más se acerca a su ser y a sus intereses más íntimos.
Así, sin mediación alguna, le es acomodado el adjetivo de traidor, cosa no podrá soslayar, que será y ha venido siendo desde el momento de su desobediencia, un hecho convenido con el destino del que no podrá escapar, como un Edipo que pese a su poder continúa mostrando su precariedad ante el destino. Este es un elemento que constituye las tragedias griegas en muchos casos, y que también es objeto de estudio de Lucien Goldmann en El dios oculto; esta condición analizada por Golmann está presente en la novela El señor presidente.
A pesar de asumir Cara de Ángel que es un traidor al presidente y al Estado, debe tomar la encomienda, una nueva encomienda: viajar a Washington para servir al presidente y al país en ese lugar. ¿Cómo debe un personaje como Cara de Ángel afrontar la disposición que no sea dándole cumplimiento, intentando rehacer el camino roto al momento de desposar a la hija del enemigo del presidente? El Estado no perdona, por lo tanto el presidente tampoco, lo motivará al poseedor del poder a cobrar la cuenta pendiente, al traicionarlo también con la golpiza propinada a Cara de Ángel, con la suplantación por uno “parecido” a él, y el encarcelamiento clandestino, actuar digno de la figura del dictador latinoamericano de esas fechas.
La decisión del presidente hará que las cosas se traslapen de nueva cuenta, Camila estará alejada de Cara de Ángel, éste estará en la disposición del presidente y hará uso de él, como una burla, hasta que pague con su vida, justo cuando le hacen creer que a Camila le ha dejado de importar y lo ha sustituido por otro hombre.
Desde luego que Cara de Ángel debe morir en las manos, en el territorio, del presidente, lejos de Camila; debe morir porque ha perdido lo que decidió buscar, por lo que traicionó a su superior: la pertenencia a Camila; llegando así a la degradación total, donde nada queda en sus manos y es burlado por el sujeto que posee el poder, hasta su fallecimiento trágico producto de su precariedad.