viernes, 17 de agosto de 2007

Not in my name!

Frases que guardaba en los bolsillos de la muñeca (1)

Empezó a leer las frases que guardaba en los bolsillos de la muñeca: citas de libros, promesas, palabras de Mónica, frases de Guzmán o suyas que iba anotando en su Underwood o en papelitos sueltos y que leyó en desorden, tirando bocanadas de humo al ritmo de la música y bebiendo sorbos cortos de ron. La única esperanza es el siguiente trago: Malcolm Lowry... Perdí. Siempre perdí. No me irrita ni preocupa. Perder es cuestión de método: Luis Sepúlveda.

Santiago Gamboa

domingo, 12 de agosto de 2007

Referencialidad, argumento clave de Cros

Zalamansky, citado por Edmond Cros (Cros,1985, 4): “Tout auteur répond à une problématique de l`epoque: en examinant le contenu des ouverages contemporains, on verra comment son abordés les problèmes de notre temps et quelle solution ils reçoivent. L`ensemble de ces réponses, que chaque auteur propose à titre d´individu nos fera connaître les modèles idéologiques présentés à l`imagination des lecteurs et destinés à agir sur leur conscience”.

Cros, Edmond. Theorie et pratique sociocritiques. Université Paul Valéry, Montpellier, Fr. 1985.

viernes, 10 de agosto de 2007

Atardecer (anti)concertino

He querido pronunciar una palabra que acelere el arribo del color azul grisáceo de esta hora a la mitad del mundo en que te escucho ejecutar la sinfonía nueva del espacio que va a aparecer. Está dentro de mí poder mirar sin mi ojo de tuerto ni mi bola de cristal una migaja a lo lejos en la que te descubro venir a toda velocidad por las rutas que nunca tomas para llegar acá, a baja velocidad.
Atardece. Es la mejor de todas las lluvias que llueve el cielo antes de que comience el tiempo del temporal, cuando entre las gotas papeles caen desde la azotea del rascacielos enano porque algún idiota no dejó de mirar a lo lejos la lejanía que se derritió en el horizonte y en un descuido feroz los ojos del destino vieron al idiota con el horizonte naranja en su pupila minúscula que era acariciada por un leve viento del sur de la ciudad desde donde corría a mil revoluciones por seniles espacios vacíos la masa de lluvia postergada hasta aquí, hasta ahora; y el idiota soltó su acta de nacimiento y cien papeles más para que la lluvia bailara en el aire con ellos. Habías llegado.
La luz oscurvacía de la tarde se fuga ahora entre los charcos con manchas de aceite que se forman junto a la banqueta y tú también partes hacia las cloacas por donde vuelven al descanso los haces fatigados de rasgar las tardes como cotidianamente cuando inauguran el breve momento que flota entre cristales azules y grisáceos sobre la casa de todos nuestros días que indigentes vagan por arriba de la ciudad.